Cada vez que como seres humanos logramos alcanzar metas trazadas, en algún ámbito de nuestra vida, conseguimos satisfacción y alegría que se trasmiten en cada lugar al que asistimos. Si logramos estar satisfechos y felices en nuestro trabajo, al llegar a nuestros hogares igualmente nos sentimos bien y disfrutamos de nuestra familia.
Pero, cuando nos sucede lo contrario no dejamos de lado nuestros problemas al llegar al hogar ni buscamos la manera de reflejar felicidad porque tenemos donde llegar y a alguien que nos espera, bien sean nuestros padres, hijos, esposo (a), hasta una mascota que se alegra al vernos.
Es por eso que debemos agradecer que estamos vivos. Les invito a reflexionar.
Julia Meléndez
1 comentario:
Hola Julia me parece muy buena la reflexión, debemos en lo posoble pasar la cerradura una vez que salimos de nuestras actividades laborales fuera de casa, para no llevarlas a nuestros familiares; ésto afecta grandemente en nuestra recuperación de ese desgastes que esta presente en toda actividad laboral, así como en la cmunicación con los que vivimos. Esto reduciría enormemente las disfunciones familiares y el estrés que vivimos por la triple carga que tenemos las madres.
Saludos, espero tus reflexiones, que son muy interesantes.
Jaqueline
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